24.5.16

Entender el PER

Imagínense que quieren comprar el negocio de una peluquería, ya establecida. El local donde se asienta se encuentra en régimen de alquiler, pongamos 1000 euros al mes, y tiene un solo trabajador que cuesta al empresario 2000 euros al mes. Los gastos totales mensuales (contribución, luz, productos...) son de 600 euros. De media, la peluquería genera unos ingresos de 60000 euros al año ya libres de impuestos. ¿Cuánto pagarían por ella? Algunos podrían decir que nada, pues no tiene activos (quizá un par de sillas y una mampara vieja). Esto no sería correcto, pues es un negocio que genera dinero y flujo de caja positivo.

Se puede atacar el problema de dos formas: multiplicando los ingresos por un coeficiente (asumiendo que los gastos son muy comunes) o multiplicando los beneficios por otro coeficiente. Hagamos números.

Anualmente: ingresos 60000 euros, gastos 43200 euros, beneficios netos 16800. Suponemos que la clientela de la peluquería es fija pese a la competencia y que tenemos el compromiso del excelente peluquero de quedarse con nosotros. Si optamos por el multiplicador de ingresos, es habitual pagar 2 veces los ingresos del negocio, esto es, 120000 euros; si optamos por el multiplicador del beneficio, este podría encontrarse en el entorno de 7, por tanto, 7x16800=117600. Este último multiplicador es lo que se conoce como el PER, muy utilizado en bolsa para intentar saber si esta se encuentra cara o barata (más bajo, menos pago por el negocio, más barata). Hemos seleccionado como ejemplo un PER de 7, pues, empresas con gran tradición que cotizan en el mercado de valores tienen PERes medios de 15 o 16 y nuestra pequeña peluquería es lógico que posea un multiplicador bien inferior.

El PER (P/E en inglés) es el inverso del beneficio por acción. En nuestro caso solo tenemos una acción y si el precio de la misma es 117600, (16800/117600)^-1=7. Lógicamente varía con el tiempo, tanto por el cambio de precio de la acción como por sus beneficios.