Primera anotación: digan lo que digan, las pensiones públicas no alcanzarán a los pensionistas en unos años. Hay datos, que no opiniones, objetivos como el envejecimiento de la población que dificultan enormemente cualquier posible solución. Lógicamente, la respuesta ante esta variable es el retraso de la edad de jubilación, pero esto parece inviable en su totalidad teniendo en cuenta los millones de votos que representan los pensionistas.
Segunda anotación: esto es un juego de tahúres, donde el gobierno no dice la verdad, muchos ciudadanos no quieren saber la verdad (ya se arreglará de alguna forma), los políticos proponen medidas en sentido contrario para salir elegidos (esa quizá sea su pensión)... Si el sistema de pensiones público fuera privado, sería tratado como una estafa piramidal.
Tercera anotación: lo que creemos que va a ocurrir son pequeños retrasos de edades de jubilación para gente joven (probablemente el corte de edad se haga para minimizar la pérdida de votos), disminuciones progresivas de todas las pensiones por efecto de la inflación y una reducción extra para las más altas mediante el incremento de condiciones para acceder a ellas. Una vez hecho todo esto, seguirá siendo insuficiente y entonces se pasará a la fase 2, a saber, sacar las pensiones de la Seguridad Social y considerarlas gastos del presupuesto general, junto a educación, por ejemplo. Con el totum revolutum es más difícil seguir la pista.
Australia está conseguiendo cambiar el sistema de pensiones públicas al mezclarlo todo con impuestos, de tal forma que los pensionistas actuales cobran su jubilación de impuestos, pero los jóvenes son forzados a crearse planes de jubilación, privados o públicos, donde lo que vayan a recibir en el futuro será lo que hayan metido ellos allí, nada más. Al no ver el concepto de retención para la Seguridad Social en las nóminas, no perciben que sobrepagan impuestos y que luego ellos no tendrán la pensión pública. Lo ideal sería que cada uno fuera consciente de la necesidad de proveerse de dineroy se preparara convenientemente, por ejemplo, no jubilándose nunca si lo desea y es posible, o mediante rentas inmobiliarias. Como muchos no se fían de ellos mismos, una alternativa sería contar con instrumentos especiales (como la 401K americana) donde se fuerce a añadir unos mínimos anuales y se pueda incluir libre de impuestos bonos, dinero, acciones, oro, fondos... con la obligación de retenerlo hasta la jubilación y, a partir de allí, cobrarlo con unas determinadas reglas actuariales (está todo explicado en A Contracorriente, para que cualquiera pueda sacar provecho de este modelo).