16.7.12

Interesante verano

Desde el extranjero se sigue la situación de España muy de cerca, en ocasiones con más objetividad por la ausencia de emociones de los informantes internacionales. Las crisis tienen solo un aspecto positivo: la limpia, la optimización de recursos, el separar el grano de la paja... Si España fuera una empresa bien gestionada, sin lugar a dudas saldríamos de los problemas económicos en un razonable plazo de tiempo. El problema adicional que complica todo es la política.

Quizá el binomio derecha / izquierda esté obsoleto. La duda que deberíamos plantearnos es gobierno grande o pequeño. El grado de intromisión de los gobernantes en nuestra vida es altísimo. Tenemos leyes excesivas, ambiguas (para que sean los propios políticos los que decidan su aplicabilidad), opresivas... Pensaba, como muchos, que reduciríamos nuestro estado por la crisis. Estaba equivocado. Sigue ampliándose, metiéndose donde ellos mismos se han dado permiso. Un estado pequeño es nuestra mayor protección como ciudadanos.

Abogamos por tasas, no por impuestos. Estos últimos tienen que ser muy, muy reducidos, para mantener la seguridad de los ciudadanos y, en nuestra opinión, la educación básica y la sanidad. La sanidad es extraordinaria en España. Debiera ser una bandera de nuestro país, como lo son el Real Madrid y el Barcelona. Los recortes sanitarios que se han planteado son mínimos en cuanto su utilidad. En su lugar, debiéramos comercializar internacionalmente las bondades de nuestro sistema de salud. Que exista un ligero copago en medicamentos y servicios es razonable: 1 euro por receta, 5 euros por urgencias..., para poner un ligero rozamiento al uso infinito. Intentar mezclar la renta de los individuos para calcular el copago tiene muy dudosa legalidad (¿tiene alguien externo a la Agencia Tributaria derecho a conocer nuestro nivel de renta?), es complicado y fomenta la trampa.

Los españoles intuimos ataques contra la permanencia de España en el euro, aunque en muchos casos se trata de embestidas interesadas. Hay más de un inversor esperando a comprar todo half-priced. Hacía tiempo que no venía a España y no detecto sangre en las calles. Pienso que es debido a que nuestro gran problema es de deuda privada y esta se encuentra a largo plazo. Se puede vivir mucho tiempo estando quebrado. Al final habrá que enfrentarse a los problemas, pero quizá de forma reducida por la inflación.

Pese a todo, España es maravillosa. Estos pocos días de asueto, y pese mi adoración por Londres, han sido perfectos. Estuve en el Festival de Teatro Clásico de Almagro, el cual, aún con recortes, según nos comentaron los organizadores, está siendo un éxito rotundo. No me extraña: las obras son muy atractivas. La Vida es Sueño, con Blanca Portillo haciendo de Segismundo, bajo un cielo despejado y una temperatura perfecta, fue extraordinario. Los días previos en Málaga en casa de unos amigos también resultaron divertidísimos: vistas perfectas de la ciudad desde el Cerrado de Calderón, espetos fresquísimos de temporada en el Palo y la recuperada noche de Marbella.

España, por favor, sálvate.