En este último tercer artículo, queremos rematar la situación de España. Hemos comentado la imposibilidad de devaluar la moneda y del paupérrimo nivel de nuestros políticos. La visión para nuestro país es apocalíptica. Los pisos pueden bajar un 40% con facilidad, el desempleo llegar a cotas inimaginales, desaparecer la inmigración que teníamos (ya sucedió en Portugal) y nosotros mismos comenzar a emigrar.
En este estado de cosas, el señor Roubini nos ofrece una interesante solución intermedia: crear dos euros, el alemán y el mediterráneo. El primero funcionaría para la deuda, los intercambios internacionales, etc., mientras que el segundo sería de uso interno.
Es bien sabido que la cohabitación de dos patrones no funciona, sin embargo, en su artículo, los discípulos de Roubini evolucionan los formatos previos. Desde luego, es interesante estudiar su propuesta.
Para terminar, sólo comentar que nuestro sistema del Ibex 35 se acaba de poner alcista. En muchas ocasiones, los sistemas saben más que uno mismo.
12/02/2010