El presente artículo se acerca un poco a la política y ésta, como el deporte, genera mucho apasionamiento. Discúlpennos pues no es de buena educación hablar de política, sin embargo, nosotros intentamos comportarnos como si fuéramos algoritmos a los que se les introducen unos datos macro y el algoritmo estima un futuro. Un aviso previo: tenemos en gran estima los distintos idiomas que se hablan en España y los deseos legítimos de cualquier grupo de ciudadanos por buscar nuevos modelos de Estado.
El Banco de Santander creó su Ciudad en Boadilla y vendió casi todos sus inmuebles, incluso, de hecho, la propia Ciudad con un contrato de arrendamiento financiero. Intentó llevar al máximo su ahorro fiscal en este concepto, aunque, en cualquier caso, sigue operando desde Boadilla, centralizando las operaciones, eliminando fuertemente costes. BBVA abunda en este modelo. Como habitualmente hace, después del Santander, pero con un perfil menos agresivo y, en ocasiones, más prudente. FG ha puesto en venta sus oficinas y casi 30 edificios repartidos por toda España con la intención de obtener 1000 millones de euros en plusvalías que servirían para financiar su gran Ciudad en Las Tablas, un barrio a las afueras de Madrid. BBVA no venderá la sede de Bilbao, la excelente Fundación de Madrid ni su Ciudad de Las Tablas. De nuevo buscan centralización y ahorro de costes.
Como contrapunto de los mayores expertos en navegar en época de crisis, tenemos la gestión política que se hace de España como empresa. El modelo de Comunidades Autónomas era un modelo de ricos, que funcionó cuando teníamos riqueza. Ya no funciona. España como empresa necesita mucha austeridad, recorte de gastos, saber hacerse pequeña, desarrollarse en base al turismo y a la innovación (quizá en el ámbito de las energías renovables y la biogenética), no apostar por la industria, tan ligada a los costes (sentimos una gran tristeza cuando cierran las plantas productoras de coches: por muy bien que trabajen los operarios españoles, como así ocurre, aunque incrementaran enormemente su productividad, las plantas desde hace años se iban a ir de España y ahora la crisis les ha dado la excusa perfecta).
¿Cómo se puede hacer pequeña España? Apostando por un modelo muy macro y muy micro simultáneamente. Aprovechando la buena percepción que se tiene de la UE, intentar desarrollar un modelo de Estado que se apoye en la UE, que sea reducido (¿número de ministerios?, ¿senado?, ¿comunidades?) y centralizado, y a la vez ceda la gestión local no a las Comunidades Autónomas sino a los Municipios. ¿Lo veremos? No. Vamos en cuesta abajo. No nos ha de extrañar que, y esto es objetivo, tengamos un diferencial de bonos tan alto con Alemania (España necesita pagar mucho más por su deuda pública) o que S&P nos baje el rating.
15/01/2009