Parecía que el yen se fortalecía sin parar en el 2012, llegando incluso a hacer peligrar patrimonios. Sin embargo el pullback de la caída vertical del 2008 ocurría en diciembre del 2014. Ese fue el momento de irse para los que aguantaron. Parecía que todo lo malo había pasado, pero el 2015 y 2016 nos dejaban de nuevo la sorpresa de acercarse a la gama baja del EURJPY y pese al mini rebote del final del año pasado, la situación no puede ser más confusa.
Para los que se fueron del yen, ¿se imaginan cómo se sentirían ahora de dudas si se llegan a haber quedado?