17.11.12

Batalla de divisas

Estamos viviendo un momento dulce en la relación entre gobiernos y bancos centrales. De momento, no hay "demasiada" agresividad. Sin embargo, la situación no es sostenible en el tiempo.

Las mentiras de Japón

Todos conocemos la enorme deuda de Japón en comparación con su PIB. También sabemos que esta se encuentra en manos de locales, por lo que el cambio de divisas no se vería afectado en primera derivada. Nos acercamos a las elecciones niponas. El partido de la oposición propone incrementar la creación de dinero. El partido en el gobierno no quiere ser menos. El argumento, como siempre, es luchar contra la deflación y, secundariamente, incrementar las exportaciones. La motivación real es forzar el incremento de inflación para disminuir automáticamente la deuda. Los votantes no asumen subidas de impuestos, sin embargo, el robo que realizan los estados a través de la inflación está perfectamente asumido como un devenir más de la vida, cuando en realidad está intencionalmente forzado.

Entonces, el yen bajará, ¿no?

¿Contra quién? Contra el euro, que está intentando hacer lo mismo, o contra el dólar con un QE infinitive. Dura batalla. ¿Pero seguro contra el dólar australiano, entonces? Ni siquiera. La economía australiana está muy fuerte. Tiene materias primas, poca población y está ubicada en el sitio adecuado. Sin embargo, el gobierno australiano ha incrementado su cantidad de reservas en otras divisas a records históricos (vende AUD y compra otras divisas, para bajar la cotización de la suya). Recalcamos: compra otras divisas como el yen, realizando el movimiento contrario al BoJ.

El franco suizo no resistirá

Quien lo ha visto y quien lo ve. Suiza haciendo mal el examen a propósito, para que no se "enfaden" los países colaterales. Destrozando su moneda y comprando otras (como el AUD o el CAD) para mantener un tipo fijo artificial con el EUR. Compra euros con francos, pero no se los queda, los transforma en otras divisas más fuertes. Resumimos: quiere dejar fijo el cambio EURCHF, pero no le importa el cambio EURAUD, por ejemplo, y realiza el movimiento contrario a lo que intenta el Banco Central Australiano.

Con estos ejemplos, vemos que nos encontramos en un equilibrio muy inestable. No  sabemos por dónde vamos a salir, pero al final todo tiende a sanearse y, ante la duda, apostaríamos porque las divisas saneadas terminen cotizando más altas, pese a sus esfuerzos para lo contrario.