1.4.09

Bonos corporativos: ¿son interesantes?

Los bonos corporativos o de empresa han vuelto a la máxima actualidad como alternativa al inversor ahora que los tipos de interés están muy bajos, pero, ¿son recomendables? ¿en qué casos?. En este artículo intentaremos hallar respuesta a estas naturales preguntas.

Introducción

Cuando una empresa necesita financiación, acude en primer lugar a una entidad financiera. Cuando ésta, como en el caso actual, necesita la liquidez que se le está brindando por parte de los estados para ella misma y tiene cerrado el crédito, la empresa necesitada se plantea otras fórmulas alternativas:

  • Acudir al Capital Riesgo
  • Emitir bonos

El Capital Riesgo no atraviesa ahora uno de sus mejores momentos, pese a que auguramos un esplendoroso futuro a las nuevas compañías que se dediquen a este ámbito. Sin embargo, muchas de las actuales compraron en la parte alta del ciclo y les va a resultar muy difícil salir honrosamente. Además, para que un fondo de Capital Riesgo suelte dinero suele requerir controlar o cuanto menos marcar el "timing" de la empresa, lo que habitualmente es contradictorio con el sentido estratégico del propietario.

Respecto a los bonos, con la promesa de devolver un porcentaje estipulado de rentabilidad, los particulares financian la empresa sin que ésta pierda el control. El problema reside en que en general el tipo de interés requerido es superior al que habría que pagar al banco, pero, en cualquier caso, resuelve la papeleta de la financiación.

Existen otro tipo de bonos: gubernamentales, autonómicos, municipales... cuyo riesgo aparentemente es menor (¿quién está más endeudado proporcionalmente la ciudad de Madrid o Iberdrola?, ¿el estado de California o Microsoft?). En los bonos corporativos responde la empresa emisora (exceptuando algunas emisiones que por arte de la crisis se ven garantizadas subsidiariamente por el Gobierno), por esto es tan importante valorar el riesgo de quiebra del emisor -aquí entran a jugar las empresas de calificación como SP, Moody´s, Fitch. Warren Buffet en su Annual Report prevé la formación de una gran burbuja en el precio de los bonos del Tesoro USA (¿y Europa?) dado que la aversión al riesgo es tan elevada que se compran todos los bonos del Tesoro aunque apenas renten. En cambio, los bonos corporativos por la necesidad de comercialización en mercado, sí están ofreciendo jugosas rentabilidades.

¿De qué forma podemos comprar bonos?

Básicamente hay tres formas:

  • Acudir a nuevas emisiones.
  • Mediante nuestro broker, recurrir al mercado AIAF, para comprar deuda de "segunda mano".
  • Suscribir un fondo de inversión o una SICAV especializada.

Los fondos de inversión son costosos y poco fiables. Teóricamente están gestionados por expertos, pero sólo unos pocos, no siempre de forma consistente en el tiempo, alcanzan altos grados de servicio. Ya sabemos que los fondos de bonos, como se valoran en el mercado secundario, pueden perder dinero. Nosotros no queremos esto. Los bonos corporativos están dirigidos a un inversor prudente que quiera un poco más de lo que le van a ofrecer los depósitos o fondos monetarios, que quiere saber exactamente cuánto va a ganar y en qué período de tiempo. Desaconsejamos, por tanto, los fondos de inversión.

En la actualidad, casi cualquier nueva emisión está siendo favorable con las premisas que expondremos a continuación. Si se desea comprar deuda en el mercado secundario AIAF (www.aiaf.es), sólo dos consejos: utilicen la TIR (Tasa Interna de Retorno) para saber qué rentabilidad real vamos a obtener y no compren con órdenes a mercado, sino limitadas. El mercado secundario de bonos no es tan líquido como la bolsa y es habitual un spread muy fuerte entre el precio de compra y el de venta que se nos puede llevar una buena parte de la rentabilidad.

Premisas para comprar bonos corporativos

Por lo leído hasta ahora, como suele ser habitual en finanzas, no hay una respuesta exacta, pero sí una serie de premisas de prudencia, que cumplidas pueden llevarnos a realizar una excelente compra:

  1. Alejarnos del sector financiero: ni preferentes de bancos ni cajas, ni aseguradoras, ni siquiera garantizadas por el gobierno.
  2. Buscar empresas emisoras con alto cash flow para que les permita pasar con facilidad la crisis: energéticas, telecos, alimentarias, de distribución....
  3. Que no tengan vencimientos largos, máximo, máximo 5 años. En el secundario sí se pueden encontrar vencimientos más cortos.
  4. Comprobar el rating del emisor y, lógicamente, el tipo de interés.
  5. No hacer apuestas arriesgadas. Queremos renta fija prudente, no jugárnosla a que rescaten a Citi o Ford.

Un ejemplo teórico óptimo podría ser un bono de Iberdrola que nos dé un 5% y que venciera en 2 años. Para el resto ya conocen el binomio rentabilidad-riesgo...