Desde hace unos años algunos bancos españoles están ofreciendo una interesantísima opción: constituir préstamos hipotecarios en divisas distintas al euro. Las ventajas son claras pues ofrecen más opciones, posibilidad de cambio (habitualmente cada mes), incluyendo la vuelta al euro. Además, el diferencial de tipos suele estar en un 0.5 % lo que comercialmente es muy competitivo, incluso en euros.
Imaginen lo contentos que se encuentran los prestatarios que formalizaron una hipoteca en yenes en el año 2003, 2004 ó 2005 y la cambiaran a euros en el 2006. Por un lado, pagaban un tipo de interés ridículo en el entorno del 1% y, por otro lado, el monto total de deuda disminuía "mágicamente" (al deber yenes y éstos perder valor con el euro, al cambiar a euros en el 2006 la deuda era muy inferior, de media un 15% menor). Sin embargo, como era de suponer, no todo es así de sencillo. En general, la mayoría de los que disfrutaron de la hipoteca en yenes pudieron tener mucha suerte porque su elección se basó casi exclusivamente en los bajos tipos de interés. ¿Qué hubiera ocurrido si el yen hubiera comenzado a subir con la recuperación de Japón? Efectivamente, cada cuota llevaría el 1% de tipo de interés, pero la deuda se iría incrementando y cada año se deberían más euros.
Sentadas pues estas bases, vamos a crear en SimpleNoRisk un cuadro de seguimiento mensual de las divisas principales con las que podríamos trabajar en nuestras hipotecas, dando recomendaciones sobre las que nos parecen más rentables o avisando de los posibles peligros en otras.
De nuevo recordamos que no somos adivinos y que estas operaciones tienen un alto riesgo y cada uno es libre de asumirlo o no.