12.3.13

Breve reflexión sobre los impuestos

Si como Gobierno quisiera que se dejara de fumar porque es malo para la salud, pondría impuestos altos al tabaco; si quisiera que se dejara de trabajar...

Es difícil cambiar un modelo de impuestos en un país. Probablemente, la mejor forma de realizar esta transformación es mediante transiciones parciales. Pero, antes de nada, hay que tener en cuenta que no tiene mucho sentido hablar de impuestos (ingresos para el Estado) y no de gastos, o el otro lado de la ecuación. Creemos que, los que nos llevan leyendo desde hace años, saben que abogamos por un estado pequeño (último enlace relativo al tema, aquí), no necesariamente a su eliminación (anarco capitalismo) ni siquiera a su reducción a la mínima expresión (seguridad).
 
La reducción del gasto, cuyos beneficios son obvios desde un punto de vista de libertad del individuo, permite la reducción de los impuestos a su vez. ¿Saben cómo se paga la recogida de basura en algunos pueblos centroeuropeos? Mediante la utilización exclusiva de unas bolsas de plástico especiales para los contenedores. Estas son más caras, pero no hay tasa de recogida de basuras. Es un método muy justo: más basura generas, más bolsas utilizas. Como primera anotación en este sentido: reducir los servicios públicos abre paso a la competencia privada, cuyos trabajos se pueden abonar mediante un sistema de pago por uso.
 
El mantener un Estado, aunque pequeño, necesita de unos impuestos, y una sana transición puede ser la llamada "flat tax". En este enlace, tienen un excelente estudio de Diego Sánchez de la Cruz, sobre la idoneidad de un tipo fijo del impuesto al 15% para la renta, sociedades y plusvalías. Segunda anotación: en materia de impuestos, la simplificación es la herramienta más útil para actuar eficientemente.
 
Adicionalmente, surge el problema de los dividendos. El caso es el siguiente:
 
"Una sociedad, sujeto del impuesto societario, obtiene utilidades que están gravadas en éste y paga el impuesto. Esa misma sociedad distribuye dividendos a sus accionistas, que son sujeto del impuesto personal. El accionista debe incluir los dividendos como ganancia gravada en el impuesto personal.

A partir de esta situación hay quienes sostienen que existe doble imposición de los dividendos, ya que éstos han pagado el impuesto a la renta societaria, mientras que otros sostienen la posición contraria y dicen que no existe dicho fenómeno porque:

El impuesto societario no es un costo para la sociedad, ya que ésta lo recupera vía traslado a precios. Asumida esta hipótesis, el problema no existe, por lo que debe dejarse de lado todo análisis;

Se trata de una renta distinta de la renta societaria y darle un tratamiento diferente (o sea reconocer la doble imposición) sería discriminar en contra de otro tipo de rentas similares, que seguirían gravadas, afectando el principio de neutralidad."

Pueden ampliar información aquí.

La solución menos mala para muchos libertarios consiste en eliminar completamente el impuesto de renta, entre otros motivos por intrusivo -entienden que el Gobierno no tiene por qué conocer nuestros ingresos ni su procedencia-, y dejar el de sociedades en un nivel bajo, 15%. Pueden conocer la opinión de Ron Paul en este enlace. Gary Johnson, último candidato a la presidencia de EE.UU por el Partido Libertario, opina que es más adecuado dejar un impuesto sobre la renta reducido y eliminar el impuesto de sociedades, el cual, recauda 3 veces menos en la actualidad.

Respecto a Patrimonio, Herencia y Donaciones (con un tipo fijo, ya no hay ventaja), se pueden imaginar nuestra opinión: son un auténtico hurto por gravar unos bienes previante gravados. Nuestra tercera anotación sería no pagar lo que ya ha sido pagado.

Continuamos con el tema de los impuestos indirectos. Dejando a un lado los llamados especiales, nos encontramos diversos modelos de impuestos indirectos. Por ejemplo, en la mayoría de los estados de USA, se aplica un impuesto al consumo final, es decir, no existe un IVA que se va arrastrando desde el ganadero que mató la vaca, el que la picó, el que hizo la hamburguesa y el que la vendió. El consumidor es el único que paga en el último estadío de la cadena, creando una mecánica neutra extremadamente sencilla por la que claramente abogamos. Hace un tiempo, en Canadá, sin embargo, se aplicaba también solo una vez, pero en la etapa manufacturera y lo pagaba aquel que lanzaba el producto al mercado.

Se podría trasladar un impuesto acumulativo en cada una de las transacciones anteriores, pero sería realmente injusto por gravar el mismo producto varias veces. Además, terminaría distorsionando el precio del bien o servicio. El IVA, en cambio, se grava en todas las etapas, pero en cada una de ellas se paga el valor que se agrega, pues en la etapa anterior ya se pagó el resto. Es un impuesto muy difícil de gestionar técnicamente que no ofrece ninguna ventaja sobre el anterior de la venta excepto la posibilidad de crear un "bonito" entramado de facturas falsas.

Para conseguir un estado más próspero, un estado en que la gente pague impuestos porque cree que es razonable, porque tiene dinero extra en los bolsillos, lo sensato es tener un sistema que grave más el consumo que la producción. Aunque como argumenta Murray Rothbard, un impuesto al consumo termina afectando la producción al obtenerse un nuevo equilibrio de precios en el mercado, el impuesto sobre la renta, ahorro y sociedades es doblemente dañino hacia la inversión, el trabajo y la productividad. Los impuestos al consumo tienden a generar un mayor ahorro que los de renta, lo que puede traducirse en una mayor actividad económica a largo plazo.

Como resumen podríamos decir que:

i. existe una total vinculación entre gastos e impuestos,
ii. el sistema de tasas es preferible donde sea de aplicación (justo y neutro),
iii. es más sencillo un impuesto al consumo final que el IVA,
iv. mantener renta y sociedades simultáneamente puede ser contradictorio.