5.4.16

El índice Gini y su mal uso

Se nos vende que el índice Gini mide la desigualdad de los países y esto no es del todo correcto.

La desigualdad se puede medir por renta, por patrimonio o por consumo. Nosotros creemos que la mejor forma de hacerlo es por consumo, pues es lo que realmente marca la diferencia entre los que viven mejor y peor. El índice Gini de renta es una medida de la dispersión de los ingresos. Aunque no sea ideal, lo aceptamos en aras de la argumentación. Pero si se va a medir la renta, por favor, hágase bien.

Este índice Gini tiene dos fallos garrafales: no tiene en cuenta la vivienda en propiedad ni los servicios públicos. Nos explicamos.

Si no tenemos que pagar alquiler tenemos una renta presunta (como recoge el IRPF) por el dinero que se ahorra. Imaginemos dos grupos, A y B. En A el 60% de las familias tiene vivienda en propiedad y una renta media mensual después de impuestos de 1500 euros. En B solo el 20% de las familias tiene vivienda, el resto vive de alquiler, pero tienen una media mensual después de impuestos de 1600 euros. Si el alquiler medio mensual es de 800 euros, ¿cuál de los dos grupos es mejor para vivir? Todos sabemos la respuesta, sin embargo según el índice Gini el mejor sería... B. No se tiene en cuenta el efecto de la vivienda. Y esta cuestión no es un asunto teórico porque afecta muy profundamente los resultados del índice si se compara España con los países del norte de Europa.

El otro fallo, sin meternos en temas políticos, es que el nivel de renta del índice se calcula después de impuestos, por tanto es justo incluir los servicios públicos que disfrutan los ciudadanos de un país (sanidad, educación y pensiones). Estos servicios serían como un ingreso en especie.

Corregido el Gini con estas dos variables resulta que... España es uno de los países más igualitarios (enlace).