9.8.13

Argentina y el "dólar blue"

Los políticos se empeñan en poner puertas al campo y eso no es posible. En lugar de dejar que los ciudadanos de forma libre, con las mínimas regulaciones, intenten maximizar su esfuerzo, pretenden controlar todo al crear un estado elefantiásico para así conseguir una máxima dependencia de ellos. Esto les permite de forma sencilla enriquecerse y/o ganar poder. Incluso los que, con la mejor intención (dudoso), ante la existencia de un problema, intentan legislar o reglamentar para arreglarlo, no hacen más que daño. Henry Hazlitt, el famoso periodista económico, hablaba de la segunda, tercera... derivada de las acciones políticas como grandes generadores de perjuicio.

Si hay un problema con la credibilidad del peso argentino, afrontémoslo. Si las empresas y los particulares desean trabajar con USD, euros u oro, que así sea. Puede ser un réquiem por el peso, pero también el principio para construir de forma sana este magnífico país.

La restricción a la compra de billetes extranjeros comenzó en el 2000 y se radicalizó en octubre del 2011. Cada solicitud de compra de divisas necesitaba la supervisión de la AFIP (regulación). El control se fue incrementando hasta para conseguir cambio para viajes particulares. De forma desesperada, se creó un cepo cambiario, que llegó a frenar las transacciones de vivienda.

Un nuevo hito sucedió con la pesificación de los depósitos bancarios. Imagínense el caos burocrático y, sobre todo, de confianza. El dinero se basa en la confianza de poder ser endosado a otro más adelante. En cuanto este principio se quiebra, da igual lo que se haga, se está abocado a la debacle.. LO QUE LOS GOBIERNOS CONSIGUEN INTENTANDO REGULAR ES PRECISAMENTE LO CONTRARIO A LO QUE PRETENDEN.

Y como no podía ser de otra forma, aparece el mercado negro del dólar. Algunos dirán que es ilegal o inmoral. Para otros, no es más que la única defensa que les queda a los ciudadanos y empresas ante el abusivo e ilegal comportamiento de un gobierno enloquecido. El mercado negro del dólar, llamado blue, funciona a las mil maravillas. Al no tener regulaciones, es muy eficiente, con una gran competencia y accesibilidad. Sin más que pasearse por la calle Lavalle, encontramos cada día más cambistas para satisfacer la creciente demanda.

La pesificación oficial es de 5.5 pesos por USD, mientras que en una "cueva" conseguimos cerca de los 10 (me han prometido que en Navidades estaremos por encima de 12). Si algún extranjero va a una tienda y paga en billetes de dólar, conseguirá mucho mejor precio. Estos dólares pasarán al mercado negro y el tendero y la cueva se repartirán el diferencial.

Es una prueba palmaria. Necesitamos menos Estado, menos gobernantes, solo más libertad para prosperar.