26.3.09

Nadie tiene ni puta idea

Estamos hartos. Nos genera una gran intranquilidad todo lo que rodea a esta crisis. Nunca en nuestra vida hemos visto más mezcla de churras con merinas, de empresas buenas con empresas en quiebra, de valoraciones..., en definitiva, de un poco de objetividad.

Ni es nuestra pretensión ni tenemos los medios para hacerlo desde un punto de vista macro, lo único que sorprende es que no se están haciendo bien los números. Nos explicamos: si UK imprime más billetes, esto tienen una repercusión en el cambio EURGBP, pero ¿en cuánto se valora esta repercusión? No es lo mismo imprimir 1 millón de libras que 1 billón, no es lo mismo que afecte 100 pipos (mínimo decimal de trading) al cambio de divisa a que afecte 10.000. Todo tiene un baremo, pero parece que no se está realizando. De igual forma, podemos extrapolar los beneficios de Enagás o Iberdrola, aún suponiendo que se consumiera un 10, 20 ó 30 menos de gas o electricidad. Esto nos da unos precios objetivos para las compañías. Sin embargo, parece que todo se está exagerando.

En un sentido contrario, encontramos las valoraciones de los inmuebles. Éstos no valen cero. Tienen un valor de mercado. Que nadie se engañe: a determinados precios hay transacciones. Otra cosa muy distinta es que estas valoraciones no gusten a los bancos y que se hayan quedado pillados. Lo mismo un 70% de los bancos están en quiebra y se está ocultando con dinero de los estados hasta que... los estados quiebren.

No es momento de dogmatismos, sino de hacer números y ser honrados con estas cifras. Keynes intentó suavizar el ciclo guardando en las épocas de bonanza para gastarlo en las épocas de recesión. En contrapunto tenemos el punto de vista liberal: el que tenga que quebrar, que lo haga. Otro le sustituirá y lo hará mejor. Sin embargo, nos encontramos con que se aplica Keynes cuando las cosas van mal y Friedman en época de bonanza. Algo no encaja.

Cuando hay un tejido en nuestro cuerpo que no corresponde con el original, al final se genera una infección. Recuerdan cuando Telefónica se pasó hace unos años ocultando una partida negativa que nadie sabía cuánto era. Por más que daba beneficios, la acción no subía. Cuando por fin la declararon, la acción comenzó a subir. ¿Paradoja? No. Lo que querían los inversores era acotar el mal. En estas circunstancias, no nos están dejando. Los bancos ocultan o intentan endosar a otros. No va a ser fácil.

26/03/2009