Se haga público o no el acuerdo, esto va a ir seguido de duras medidas de ajuste: subida 1 del IVA, subida 2 el próximo año, impuestos especiales, tasas, peajes..., pensiones (recorte entre un 5 y un 20% según la cuantía), fuerte retraso de edad de jubilación (aún más), etc... Esperemos que, por lo menos, estas modificaciones se hagan a la luz del día cuanto menos.
La excusa oficial es la subida de la prima de riesgo (diferencia entre lo que tenemos que pagar para colocar nuestra deuda y lo que tiene que hacer Alemania), sin embargo, mucho nos tememos que esto ya viene de largo. Es obvio que, a diferencia de lo que decían determinados analistas, la prima de riesgo iba a subir tras el rescate de Bankia y demás: los 100 billardos no iban a los bancos sino a deuda del gobierno con una prioridad de pago superior a la existente (seniority), lo que ocasiona que la deuda actual tenga más riesgo de impago, por lo que hay que demandar más interés para comprarla, incrementando la prima de riesgo. Es una cuestión técnica clara que parece que ha sorprendido a algunos.
Aunque esté todo en el alero todavía, existen excelentes analistas macros que creen que muchos países van a ser intervenidos, pero que nadie va a abandonar el euro, ni siquiera Grecia. Roubini, por su parte, en su último artículo, no se atreve a pronunciarse y enumera 3 escenarios plausibles.
Momentos difíciles que recordaremos en nuestra vejez, cuando el resultado de nuestros actos ahora condicione nuestro futuro.
